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Casa hogar Santa Bernardita

La Casa Hogar es un centro de acogida residencial que ofrece un refugio temporal a niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de abuso sexual, y que son derivados por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). En este espacio, se les brinda una atención integral que incluye: apoyo psicológico, educativo, tutoría y social, a fin de procesar el trauma sufrido y preparar su reintegración a un entorno familiar seguro y estable. En la Casa Hogar, buscamos proporcionarles un ambiente lleno de amor y cuidado, donde los menores continúan con su educación formal, cumplen con sus tareas escolares, reciben visitas de familiares autorizados y participan en actividades de la comunidad, recreativas y lúdicas, asegurando así un ambiente de protección.

Terapia Individual

El equipo de psicólogas de la Casa Hogar ofrece un acompañamiento terapéutico personalizado para cada niño, niña y adolescente que reside en nuestras instalaciones. Este apoyo busca facilitar el proceso de comprensión y manejo del impacto emocional causado por las experiencias traumáticas que han vivido. Se emplea como base la técnica de la escucha activa, la cual resulta fundamental para ayudar a los menores a superar los sentimientos de aislamiento, desconfianza y miedo que suelen experimentar. Como también la regulación emocional, que permite aprender a gestionar sus emociones de manera más efectiva. A través de estas intervenciones, se busca que comprendan que no son responsables de lo sucedido, y que puedan reconstruir su autoestima, su confianza y su sentido de seguridad.

Terapia en Grupo

Las psicólogas, llevan a cabo sesiones de terapia grupal de manera semanal. Estas sesiones tienen como propósito fortalecer las habilidades sociales de los menores, promoviendo la convivencia armónica y la ayuda mutua. En el espacio grupal, los participantes tienen la oportunidad de reflexionar sobre su comportamiento durante la semana, lo que fomenta la autorreflexión y la responsabilidad personal. A través de estas dinámicas, se busca que cada niño, niña o adolescente se vuelva consciente de sus propios actos y desarrolle la capacidad de cuestionar de manera constructiva las conductas de los demás. Esto les permite fortalecer su seguridad personal y su capacidad de integrarse de forma activa y positiva en la sociedad. El entorno grupal también se convierte en un espacio donde pueden aprender a expresar sus emociones de manera sana y a construir relaciones de apoyo y respeto. Con el lema “TU VOZ ES IMPORTANTE”.

Terapia Familiar

El compromiso por parte de las familias durante el proceso de recuperación de los menores es esencial para el éxito de la reintegración. Por esta razón, los padres, madres u otros familiares cercanos de los residentes son invitados a participar en sesiones de terapia individual y grupal. Estas sesiones, son muy importantes ya que están diseñadas para trabajar en las dinámicas y problemas familiares que pudieron contribuir a la vulnerabilidad del menor, y preparar a la familia para recibir nuevamente al niño, niña o adolescente de manera adecuada. Asimismo, durante estas sesiones se busca mantener y fortalecer el vínculo afectivo entre los menores y sus familiares, a su vez brindar estrategias como la disciplina positiva, comunicación asertiva, entre otros. De esta manera, se trabaja para garantizar que los menores no regresen a un entorno que pueda poner en riesgo su bienestar integral y que la reintegración se realice en un ambiente seguro y protector. Este proceso no solo les ayuda a reconstruir una red de apoyo sólido, sino también asegura que los logros emocionales y desarrollo adquirido se mantengan a largo plazo.

Conclusiones

La labor de la Casa Hogar va más allá de la atención inmediata de las necesidades emocionales y de seguridad de los menores. Por ello Contamos con la acreditación del MIMP como Centro de Acogida Residencial, y atendemos casos de inmigrantes extranjeros, Lima y provincias.

Trabajamos en la construcción de un futuro donde ellos puedan crecer de manera saludable y segura, con el apoyo y acompañamiento de sus familias y de la comunidad. Este enfoque integral busca no solo sanar las heridas del pasado, sino también empoderar a los niños, niñas y adolescentes para que puedan construir una vida plena y libre de violencia, integrándose activamente en una sociedad que les respalde y respeten sus derechos.